martes, 22 de julio de 2008

EL GENERO HOMO

El género Homo

Aunque los científicos no se muestran de acuerdo, la mayoría cree que tras la escisión evolutiva, el A. africanus evolucionó hacia el género Homo. En tal caso, esta transición se debió producir entre los 2,7 y los 2,3 millones de años. Los fósiles de este periodo muestran una curiosa mezcla de rasgos: algunos presentan cerebros relativamente grandes —llegando incluso a los 800 cm3— y dientes también de gran tamaño, similares a los de los australopitecinos; otros poseen dientes pequeños, análogos a los del Homo, pero a la vez presentan cerebros de menor capacidad del tipo australopitecino. Algunos cráneos y mandíbulas fósiles de este periodo, hallados en Tanzania, Malawi, Etiopía y Kenia, se han situado en la categoría Homo habilis, que significa ‘hombre hábil’, ya que junto a estos fósiles se encontraron herramientas de piedra. El Homo habilis contaba con muchos rasgos que le vinculan tanto con los antiguos australopitecinos como con miembros posteriores del género Homo. Sin embargo, algunos expertos creen que las diferencias entre los fósiles de este género son algunas tan extremas que habría que hablar de al menos dos especies distintas hoy representadas: el Homo habilis, propiamente dicho, y el Homo rudolfensis (nombre que proviene del lago Rudolf, antiguo lago Turkana situado en el norte de Kenia).


Los primeros utensilios de piedra encontrados proceden de yacimientos africanos fechados hace unos 2,5 millones de años; sin embargo, junto a ellos no se ha descubierto ninguna especie concreta de hominino. Los yacimientos fechados entre 2 y 1,5 millones de años atrás, situados en diferentes zonas del África oriental, no sólo incluyen multitud de utensilios y herramientas de piedra, sino también huesos de animales con marcas grabadas. Estos huesos demuestran que en aquella época los hombres comían carne, aunque se desconoce si dicho alimento se conseguía mediante la caza. Tampoco se sabe aún qué porcentaje de su dieta alimenticia procedía de alimentos vegetales y de insectos, y cuál de tejido animal. Asimismo, se desconoce si estos yacimientos corresponden a los miembros anteriores a la línea Homo o si los australopitecinos robustos eran capaces también de fabricar herramientas y de comer, al menos, algo de carne.


El fósil de un individuo de cerebro de gran capacidad y dientes pequeños, cuyo primer hallazgo corresponde a la zona norte de Kenia y que data de 1,8 a 1,9 millones de años, se ha clasificado dentro de la especie Homo erectus. La primera parte de la existencia de este Homo, como la de los homininos anteriores, se halla limitada al este de África. Más tarde, hace aproximadamente 1,5 millones de años, sus descendientes se desplazan hacia las zonas tropicales del Viejo Mundo y, al final de su evolución, en dirección a las zonas cálidas de Asia y, probablemente, Europa. Diversos yacimientos arqueológicos del Homo erectus, encontrados en los últimos años, revelan una mayor perfección en la fabricación de útiles que la observada en los yacimientos anteriores. En la cueva de Zhoukoudian, ubicada en el norte de Pekín, se encontraron fósiles de un Homo erectus que, en un principio, fue conocido como Sinanthropus pekinensis (hombre de Pekín); aquí se hallaron pruebas de que el Homo erectus había empleado el fuego. Estos datos sugieren que la conducta de los homininos se iba haciendo más compleja, desarrollando un número mayor de capacidades.


A lo largo de la vida del Homo erectus continuaron vigentes las principales orientaciones sobre su evolución. Los primeros presentaban un tamaño de cerebro parecido al de los anteriores homininos, entre 750 y 900 cm3; sin embargo, las últimas especies aumentaron su capacidad craneal hasta los 1.250 cm3. Investigaciones más recientes sugieren que descendientes de esta especie pudieron sobrevivir en algunas zonas de Asia antes de extinguirse. Fósiles de Homo erectus fueron descubiertos en dos cuevas de Java, Indonesia, y sus dientes datados hace 50.000 y 35.000 años.

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